La jornada comenzó con una misa en la capilla de una comunidad religiosa situada no muy lejos de las nuevas oficinas del Gran Magisterio. Esta fue presidida por Mons. Tommaso Caputo, Asesor de la Orden, quien acababa de celebrar sus 50 años de ordenación sacerdotal. Esa misma mañana, el Gran Maestre le hizo entrega de las insignias y el diploma de Caballero de Gran Cruz, en agradecimiento por su compromiso.
Los trabajos de la reunión se desarrollaron según el orden del día, tras las palabras de apertura del Gobernador General, el Embajador Leonardo Visconti di Modrone, quien explicó el traslado provisional de los locales del Gran Magisterio debido a las obras en curso en el Palazzo della Rovere, parte del cual se alquilará a una empresa hotelera para que todos los recursos de la Orden puedan reservarse al apoyo de los cristianos de Tierra Santa. Además, hizo hincapié en el aumento de la transferencia mensual obligatoria del Gran Magisterio al Patriarcado latino para sus gastos institucionales, que desde enero de 2024 asciende a 950 000 dólares.
El Tesorero, Saverio Petrillo, tomando la palabra después del Gobernador General, presentó el balance positivo del año 2023, indicando que la Orden pudo ofrecer a Tierra Santa más de 15 millones de euros, lo que representa un millón más con respecto al año anterior. La dificultad para el Gran Magisterio estriba en el hecho de que debe comprometerse de antemano con el Patriarcado, sin saber con exactitud cuánto podrán aportar las Lugartenencias, ya que las donaciones de los miembros varían cada año en función de diversos factores.
La reunión continuó con la intervención de Sami El-Yousef, administrador general del Patriarcado latino, quien describió con seriedad la situación actual de crisis en Tierra Santa: economía destruida y desesperación entre los habitantes, muchos de ellos sin trabajo a causa de la ausencia de peregrinos y turistas. Además, los trabajadores palestinos de Cisjordania ya no pueden cruzar la frontera hacia Israel. La incomunicabilidad entre las comunidades palestina y judía es extrema – explicó – y llevará mucho tiempo establecer vínculos humanos basados en el respeto mutuo. Según Sami El-Yousef, lo principal que se puede hacer actualmente en Cisjordania es crear puestos de trabajo (un gran número de personas han recibido esta ayuda desde el comienzo de la guerra a través de las parroquias, sobre todo en el ámbito de la construcción, con puestos para albañiles, electricistas, alicatadores…). El Patriarcado también asume los gastos médicos de un gran número de pacientes que no tienen seguro y proporciona ayuda humanitaria a miles de personas necesitadas. La red escolar (44 escuelas y cerca de 20 000 alumnos), que fomenta un diálogo de vida entre los jóvenes cristianos y musulmanes, continúa activa (el presupuesto escolar representa el 76% del balance del Patriarcado), salvo en Gaza, donde se plantea la cuestión de los 80 empleados contratados hasta el final del curso académico, tras el cierre definitivo de las escuelas.
Según el administrador general del Patriarcado, la reconstrucción de Gaza (el 60% de las casas han sido destruidas) llevará mucho tiempo, y la ayuda psicológica y humanitaria de la Iglesia a la enlutada parroquia local (32 personas fallecidas, más del 3 % de la comunidad cristiana) será prioritaria.
Durante los debates, el cardenal Filoni hizo hincapié en la urgencia de reconstruir relaciones de confianza para superar el odio que ha arraigado en los corazones de la gente. La Iglesia tendrá un papel cada vez más fundamental – consideró – a la hora de trabajar por una coexistencia basada en el respeto de los derechos imprescindibles de las diferentes comunidades de cara a vivir en la tierra de sus antepasados.
El presidente de la Comisión para Tierra Santa, Bartholomew McGettrick, también secundó esta opinión, recordando la visita realizada por la Comisión en el pasado mes de marzo e insistiendo en la importancia del próximo plan estratégico del Patriarcado, previsto para el siguiente verano, cuyo objetivo se centra en adaptar los esfuerzos de la Orden a las exigencias humanitarias y pastorales expuestas por el cardenal Pizzaballa. Cada uno de los cuatro Vicegobernadores intervino durante la reunión, destacando, por ejemplo, la búsqueda de fondos extraordinarios para apoyar al Patriarcado latino, mientras que el Gran Maestre recordó la necesidad de salvaguardar a largo plazo la identidad de la Orden, que se funda estatutariamente en la contribución personal de cada miembro, como la del óbolo de la viuda en el Evangelio (Mc 12, 41-44). A su vez, los Vicegobernadores hablaron de la importancia del tan esperado documento sobre la formación de los miembros y el futuro Reglamento de la Orden, los cuales están a punto de entrar en vigor, así como del desarrollo de la Orden, especialmente en Latinoamérica y Asia.
Por su parte, el Canciller Alfredo Bastianelli mostró que en 2023 la Orden acogió a más de 1000 nuevos miembros, con la esperanza de volver al nivel anterior a la pandemia, cercano a los 30 000. Confirmó que el Reglamento estará listo en breve y se enviará ad experimentum a las Lugartenencias. Entonces, mostró su alegría con respecto al número de inscripciones para la peregrinación jubilar (más de 4000), que tendrá lugar del 21 al 23 de octubre de 2025.
Por último, la jornada terminó con un debate sobre la comunicación interna y externa, antes de que el Gran Maestre concluyera centrándose en la prioridad de la formación espiritual de los miembros y el conocimiento de la Orden – sobre todo gracias a la creación de una comisión histórica permanente – así como en la acogida de los jóvenes, desde una perspectiva misionera de crecimiento y continuidad al servicio de la Iglesia Madre de Jerusalén.
François Vayne
(Abril de 2024)
