Gaza: no son números, son personas
Las cifras no hacen justicia a lo que está pasando en Tierra Santa. No es una cuestión de cifras, ni en lo que concierne a las decenas de miles de fallecidos en Gaza, ni a las personas masacradas el 7 de octubre en Israel y los rehenes.
Se trata de personas, e infinita e injustamente son demasiadas. No obstante, las cifras existen y son estremecedoras.
A partir de la información que nos llega constantemente de Tierra Santa, Sami El-Yousef, Administrador General del Patriarcado latino de Jerusalén, nos informó, a finales de mayo, de la terrible situación de Gaza: «Las estadísticas publicadas por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) son devastadoras: 35 500 palestinos han fallecido y 80 000 han resultado heridos, de los cuales un 60 % son personas mayores, mujeres y niños, en ambos casos; 1,7 millones de personas (el 75 % de la población) han sido desplazadas al interior del país, ya que el 60 % de las viviendas y el 80 % de las instalaciones comerciales han sufrido daños; 1,1 millones de personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria grave; absentas de electricidad, alcantarillado, agua o medios de comunicación».
A todo esto, hay que sumar la destrucción de las escuelas y la interrupción general de los servicios, por no hablar de los «17 000 niños que no están acompañados debido a que han sido separados de sus padres y, probablemente, ahora sean huérfanos», recordó Sami El-Yousef con profunda tristeza.