«Me comprometí a defender los valores de justicia, misericordia y paz»

Testimonio de un nuevo Caballero holandés: Michiel Dijkman, de 40 años, recibió la Investidura el 12 de octubre de 2024 en Países Bajos

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Michiel - 1 Michiel, un joven holandés, se ha comprometido como Caballero al servicio de la Iglesia en Tierra Santa, deseoso de caminar espiritualmente con la Orden del Santo Sepulcro.

Es lunes 11 de noviembre de 1996. Cantamos: «San Martín, oh, san Martín, tú compartes lo que puedes dar. No olvidas al pobre mendigo, sentado en el frío». Llevo sombrero y cuello alto, y hace un frío glaciar. Pero, afortunadamente, el tiempo es seco.

Cuando era pequeño, todos los años participaba en la procesión de san Martín, equipado con una linterna y mano a mano con mis compañeros de clase, mis profesores y mis padres. Estaba muy oscuro, pero todo estaba magníficamente iluminado por las linternas. En cabeza, un hombre vestido como un caballero, con una capa roja y sobre un caballo blanco.

Esta bonita tradición nos recordaba los magníficos relatos de san Martín de Tours. En múltiples ocasiones, mis profesores y mis padres nos contaban la historia de cuando compartió su capa con un mendigo. Esta historia nos marcó mucho, tanto a mis compañeros de clase como a mí. No era una simple historia, sino una lección de vida sobre el hecho de «cuidar los unos de los otros» (la compasión) y «apoyarse los unos a los otros» (la misericordia).

De niño aprendí no solo la virtud de compartir, sino también la importancia de comprometerse con los demás. Hoy, como padre, y a la espera de que nuestro segundo hijo nazca en marzo, le enseño a mi hijo que es mucho más divertido compartir la comida y los juguetes con otros niños que guardárselos para sí mismo. De eso trata la historia de san Martín: de compartir con los demás, aunque ello suponga un sacrificio personal.

En la actualidad, con más de mil millones de personas en el mundo padeciendo obesidad y alguien como Elon Musk saliendo en todas las portadas con una fortuna superior a 300 mil millones de euros, los contrastes son innegables. Al mismo tiempo, existen más de 275 millones de personas que pasan hambre en regiones como Gaza, Sudán del Sur, Somalia y Malí.

El mundo parece ser un lugar de enormes contradicciones, donde incluso la amenaza de guerra en Europa es cada vez más realista y donde la polarización entre los diferentes grupos continúa progresando.

Yo vivo en Países Bajos, donde mi familia se encuentra a gusto. Tenemos una casa cómoda, un coche eléctrico y disfrutamos de la vida. Sin embargo, aunque cueste, es importante recordar que esta prosperidad no es universal.

En el transcurso de una misión profesional en el Silicon Valley, conocí a una noble Dama que me hizo descubrir el mundo de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén. A pesar de mi educación católica, debí profundizar en lo que significaba ser un Caballero. No solo se trata de llevar una capa, sino también de abrazar los valores subyacentes: la compasión, el espíritu del servicio, la lealtad y la autodisciplina.

El momento de mi Investidura, el sábado 12 de octubre de 2024, fue muy especial para mí. Como Caballero, me comprometí a defender los valores de justicia, misericordia y paz. No solo se trata de una ceremonia, sino de un llamado perdurable de mi responsabilidad a la hora de prestar apoyo tanto económico como moral.

Durante una visita a Roma en noviembre, recibí el libro del cardenal Fernando Filoni: Y toda la casa se llenó del aroma del perfume. De las lecciones de María de Betania, extrae una metáfora para nuestra Orden. María ofrece a Jesús su precioso aceite de manera desinteresada, como un acto de amor. Hoy, en particular, las comunidades de Tierra Santa se enfrentan a grandes desafíos y necesitan nuestro apoyo moral y, por supuesto, humanitario.

El martes 19 de noviembre, cumplí 40 años. Esta etapa me hizo darme cuenta de que es un momento privilegiado para practicar conscientemente las virtudes caballerescas de la compasión, la espiritualidad y la misericordia. Como Caballero, marido y padre, estoy decidido a dejar al mundo – y a mis hijos – una situación un poco mejor, inculcando los valores que san Martín y numerosos otros modelos católicos continúan enseñándonos.

 

(Enero de 2025)