La Orden del Santo Sepulcro renueva su compromiso con Tierra Santa junto al Patriarca latino
Los responsables de la Orden del Santo Sepulcro de todo el mundo – 150 personas procedentes de unos cuarenta países – se reunieron esta semana en Roma con motivo de la Consulta, la asamblea general que nuestra Institución Pontificia celebra cada cuatro años en torno al Gran Maestre, el cardenal Fernando Filoni, bajo el mando del Gobernador General, el Embajador Leonardo Visconti di Modrone. Además de los Lugartenientes y los Delegados Magistrales, laicos encargados del gobierno local de la Orden, también estuvieron presentes por primera vez los Grandes Priores, eclesiásticos y guías espirituales de los Caballeros y Damas en los distintos países en los que estamos presentes en los cinco continentes.
El Patriarca latino de Jerusalén y Gran Prior de la Orden, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, no pudo estar presente debido a la trágica situación de Tierra Santa. Sin embargo, se unió a nosotros conectándose en línea. Su descripción de los acontecimientos y, en especial, del sufrimiento de la población local, nos conmovió profundamente, por lo que quisimos estar más cerca y enviar una carta firmada por cada uno de nosotros. Así pues, deseamos expresar nuestra cercanía y pleno apoyo a la Iglesia Madre de Jerusalén: esta ha sido siempre nuestra tarea y nuestra misión. Hoy más que nunca.
El Papa Francisco nos recibió en audiencia, al cual le agradecemos sus palabras: «La tumba vacía, de la que os habéis comprometido desde hace siglos por vocación a ser centinelas especiales, es en este sentido, sobre todo, signo del amor sin límites del Crucificado, que no guarda nada para sí y que, por tanto, no puede ser retenido por las asechanzas de la muerte; es signo de la victoria del Resucitado, en quien también nosotros encontramos la vida».
El tema de la formación de los miembros de la Orden, que ha estado en el centro de nuestros trabajos durante estos días, nos ha devuelto al corazón de nuestra vocación: dar vida hoy al misterio de la muerte y resurrección de Cristo a través de nuestro testimonio de esperanza y solidaridad concreta. Nos comprometemos, junto al Patriarca latino de Jerusalén, en esta ardua tarea en nombre de la Iglesia Universal.
«Me uno espiritualmente a vosotros – ha dicho hoy el Papa Francisco – que ciertamente vivís este encuentro de la Consulta compartiendo el gran dolor de la Iglesia Madre de Jerusalén e implorando el don de la paz». Como hombres y mujeres de fe, estamos cerca del sufrimiento de todas las víctimas inocentes del conflicto y, unidos al Santo Padre, seguimos rezando para que se encuentre una solución justa y para que la paz, don que viene de lo alto, pero que nunca ha parecido tan lejano, irrigue esta Tierra Santa.
(Noviembre de 2023)