Dios tiene para nosotros «planes de prosperidad y no de desgracia, para asegurarles un porvenir y una esperanza» (Jeremías 29, 11)

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Papa Corpo Diplomatico

En su saludo al Cuerpo Diplomático del 10 de enero, el Santo Padre habló de un «encuentro familiar» a propósito de esta reunión anual con los embajadores de los 187 Estados que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede.

 

Tras agradecer en particular al decano, el Sr. George Poulides, embajador de Chipre, las amables palabras que le dirigió en nombre de todos sus hermanos, el Papa retomó sus viajes realizados durante el año 2021, en particular el de Irak en marzo, que calificó de «signo de esperanza después de años de guerra y terrorismo». «El pueblo iraquí tiene derecho a recuperar la dignidad que le pertenece y a vivir en paz. Sus raíces religiosas y culturales son milenarias: Mesopotamia es la cuna de la civilización; fue de allí de donde Dios llamó a Abrahán para dar inicio a la historia de la salvación» añadió el Santo Padre.

En su discurso también agradeció después a «todos aquellos, personas y gobiernos, que se esfuerzan por garantizar acogida y protección a los migrantes, haciéndose cargo también de su promoción humana y de su integración en los países que los han acogido», renovando su agradecimiento hacia las autoridades italianas, gracias a las cuales algunas personas han podido venir a Roma con él desde Chipre y Grecia, a finales del año pasado. «Se trató de un gesto sencillo pero significativo», comentó a este respecto.

En cuanto a la situación internacional, el sucesor de Pedro lamentó que en el último año no se haya avanzado en el proceso de paz entre Israel y Palestina. «Me gustaría que estos dos pueblos reconstruyeran la confianza entre ellos y volvieran a hablarse directamente para poder llegar a vivir en dos estados, uno junto al otro, en paz y seguridad, sin odio ni resentimiento, pero curados por el perdón recíproco», insistió.

El Santo Padre también recordó su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz celebrada el 1 de enero, destacando los elementos que considera esenciales para fomentar una cultura para el diálogo y la fraternidad. «Un lugar especial lo ocupa la educación, a través de la cual se forman las nuevas generaciones, que son la esperanza y el futuro del mundo. Es el vector principal del desarrollo humano integral, ya que hace a la persona libre y responsable» señaló, considerando que el proceso educativo «genera cultura y construye puentes de encuentro entre los pueblos». El segundo elemento que recordó es el trabajo, «factor indispensable para construir y mantener la paz».

Citando al profeta Jeremías como conclusión, indicando que Dios tiene para nosotros «planes de prosperidad y no de desgracia, para asegurar (nos) un porvenir y una esperanza» (29, 11), el Papa invitó a los embajadores, sus allegados y la población que hicieran un lugar para la paz, cultivando el diálogo y la fraternidad. «La paz es un bien “contagioso”, que se propaga desde el corazón de quienes la desean y aspiran a vivirla, alcanzando al mundo entero».

 

(Enero 2022)