En tus manos están mis azares

El nuevo libro del cardenal Filoni, disponible ahora en librerías

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I miei giorni sono nelle tue mani - 1

Tras la publicación de su libro Y toda la casa se llenó del aroma del perfume, centrado en la espiritualidad de la Orden del Santo Sepulcro, el cardenal Fernando Filoni, Gran Maestre, recibió numerosas solicitudes de Caballeros y Damas interesados en contar con un apoyo que les ayudara a profundizar en su vida de fe. De estas peticiones surgió un pequeño volumen de meditaciones, En tus manos están mis azares, ya disponible en italiano a través de la editorial San Paolo.

La vida espiritual nunca es estática, pues se compone de avances y pausas, de desvíos y cuestionamientos. Es una búsqueda incesante, que en ciertos momentos atraviesa giros decisivos capaces de transformar nuestro camino.

Y, partiendo precisamente de las vidas de los hombres y mujeres que se encontraron con Cristo y permitieron que ese encuentro transformara su existencia, este libro narra la historia de la fe: desde figuras antiguas como Abrahán y Moisés, pasando por la vida en la casa de María y José, siguiendo el camino de los Reyes Magos, escuchando la voz de Juan Bautista y los llantos de María Magdalena, hasta llegar a Pedro y Pablo. Posteriormente, el relato continúa con Helena, madre de Constantino, Agustín, Tomás y Francisco de Asís, hasta alcanzar a los santos de nuestra época —Carlos de Foucauld, Edith Stein y Madre Teresa de Calcuta—, testigos que se convirtieron en palabras encarnadas y que hicieron visibles los dones de Cristo en su vida cotidiana.

El cardenal Filoni nos ofrece páginas que se asemejan a pinceladas sobre un lienzo, que el lector puede recomponer para formar su propio cuadro personal. En el centro, aunque de manera implícita, siempre se encuentra Jesús. No obstante, como la historia no concluye ahí, el libro permanece abierto, invitándonos a escribir en las páginas siguientes nuestra propia historia con Dios.

En el camino, contemplamos las huellas de Jesús, sobre las cuales podemos posar nuestros pies y decidir, al igual que el salmista, decir: «En tus manos están mis azares» (Sal. 31[30],16).

 

(Octubre de 2025)