Fundación de la Orden del Santo Sepulcro en el Caribe

Desde Jerusalén y el Santo Sepulcro, testigo de la Resurrección, los fieles católicos de todo el mundo sienten la llamada a estar cerca de ese lugar tan esencial para la fe cristiana. La Orden del Santo Sepulcro, entidad central de la Iglesia, recibió de los Papas el mandato de apoyar a la Iglesia en Tierra Santa, allí donde esta nació. Hasta la fecha, los Caballeros y Damas de la Orden que han respondido a esta llamada están presentes en unos cuarenta países. La semana pasada, el cardenal Fernando Filoni, Gran Maestre de la Orden del Santo Sepulcro, presidió las celebraciones para la instalación de la 65.ª realidad local de la Orden, la primera en el Caribe, la Delegación Magistral para Santo Domingo.

«Haber recibido de esta ferviente comunidad la expresión de su interés por unirse a la Orden del Santo Sepulcro instituye un hermoso vínculo entre esta isla, en la que se fundó la primera iglesia de América, Roma, corazón de la Iglesia universal, y la Iglesia Madre de Jerusalén», destacó el cardenal Filoni durante un encuentro con la prensa dominicana.

El 23 de mayo, el cardenal Fernando Filoni, acompañado del Gobernador General, el Embajador Leonardo Visconti di Modrone, del Vicegobernador General para Latinoamérica, Enric Mas, del Maestro de Ceremonias del Gran Magisterio, Mons. Adriano Paccanelli, y del responsable del Servicio de Comunicación, François Vayne, fue recibido por el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, en presencia de las principales autoridades locales, entre las que se encontraba Carolina Majia, alcaldesa de Santo Domingo. El encuentro permitió al jefe de Estado dominicano, pocos días antes de su reunión con el Santo Padre en el Vaticano, ser informado de las iniciativas de la Orden en la zona del Caribe y, en particular, de la creación de la Delegación Magistral en Santo Domingo. Proveniente de una familia de origen libanés, el presidente mostró un gran interés por las actividades de la Orden en Tierra Santa y, en especial, por las iniciativas de educación para la paz, tan necesarias en todo Oriente Medio.

Durante los dos días siguientes, la magnífica Catedral Primada de América, signo de la evangelización de todo el continente, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, sirvió de escenario para la Vigilia de Oración y la Investidura de los nuevos Caballeros y Damas de la Orden. El Gran Maestre invistió al arzobispo metropolitano de Santo Domingo, Mons. Francisco Ozoria Acosta, quien asumió el cargo de Gran Prior, y a la nueva Delegada Magistral, Juana Josefina Domínguez de Jesús, junto con otros ocho miembros (4 Caballeros, 3 Damas y un eclesiástico). Entre las diferentes autoridades presentes en las ceremonias, se encontraba el Lugarteniente de la vecina Lugartenencia para México, Guillermo Macias Graue, que asistió y acompañó el proceso de formación de los nuevos Caballeros y Damas en Santo Domingo.

«Santo Domingo representa el primer paso concreto hacia el crecimiento de esta Institución Pontificia en el Caribe – comentó el Gobernador General Visconti di Modrone – y fortalece los vínculos en esta región del mundo gracias a la proximidad y el apoyo fraterno recibido por parte de la Lugartenencia para México, la cual acompañó el proceso de fundación de la Delegación Magistral en Santo Domingo y que ya está ampliando sus horizontes con la presencia del primer Caballero investido de origen guatemalteco».

La visita finalizó con una misa de acción de gracias el domingo 26 de mayo en el santuario de Nuestra Señora de la Altagracia, en Santo Domingo. Al término de la misa dominical, el Gobernador General hizo entrega de los diplomas a los nuevos Miembros, antes de un momento de oración comunitaria junto a la reproducción de la imagen mariana expuesta en lo alto, detrás del altar. La imagen original, muy querida por los habitantes de Santo Domingo, los cuales, en Higüey, al este de la isla, construyeron en 1572 el primer santuario del país con el objetivo de acogerla, nos transporta directamente a Tierra Santa: María en Belén, en recogimiento ante el Niño Jesús, que nos muestra el camino.

(Mayo de 2024)