Un regalo para Navidad
La Orden del Santo Sepulcro también participa en la compra de regalos que se ofrecen a los niños de Tierra Santa cuyas familias se encuentran con dificultades.
Se supone que la Navidad y la Pascua son tiempos de alegría y de compartir, pero no siempre es así. Para las familias de Tierra Santa que luchan por llegar a fin de mes, los regalos para los niños son un «extra» que a menudo no pueden permitirse. Gracias a la contribución recibida de la Lugartenencia para España Occidental, el año pasado cerca de 1.500 niños palestinos de entre 4 y 11 años no solo recibieron un regalo por Navidad o Pascua, sino que también participaron en actividades que les brindaron un ambiente festivo.
En diciembre de 2021 se organizaron festividades en todas las parroquias palestinas con iniciativas y juegos especialmente diseñados para los más pequeños. Los niños jugaron, cantaron villancicos, pintaron objetos decorativos y escucharon historias sobre el nacimiento de Jesús. En esta ocasión se distribuyeron 1.400 regalos. Anton tiene ocho años y vive con su madre y sus dos hermanos mayores en la ciudad vieja de Jerusalén. Su padre falleció tras una larga y dolorosa batalla contra el cáncer y su madre trabaja como señora de la limpieza, con un salario muy bajo.
Anton no pudo contener su alegría cuando vio el regalo en la puerta: «Desde que papá se fue al cielo, no he recibido ningún regalo. Me alegró mucho ver que hay gente que piensa en mí y en mi familia. Gracias por el regalo y por hacernos felices por Navidad», dijo.
En Pascua se repitió la experiencia, pero esta vez invitando a unos 60 niños a venir a celebrarlo con los residentes de la casa de jubilados Beit Afram, en Taybeh: allí viven 30 personas de entre 77 y 90 años, muchas de ellas con problemas de salud y sin familia que se ocupe de ellas. También para estas personas, las vacaciones pueden ser una época difícil y a menudo triste. Por Pascua de 2022, el Patriarcado latino, en colaboración con Cáritas Jerusalén, organizó una fiesta que reunió a niños y ancianos, siendo cada uno un regalo para el otro. Durante el día, cantaron juntos himnos de Pascua, salieron a buscar huevos al jardín de la residencia, disfrutaron de un buen almuerzo y los niños recibieron un regalo. Fadi es de Taybeh, su padre padece una enfermedad crónica desde hace cinco años y no puede trabajar, y su madre trabaja en una peluquería.
Fadi fue uno de los 60 niños que participaron en la celebración de Pascua en el hogar Beit Afram: pasar el día con un grupo de ancianos y jugar con ellos fue una experiencia totalmente nueva para él. «Me encantan los rompecabezas y los juegos de mesa», dijo, «y no sé cómo agradecerles el juego de Scrabble que me regalaron. Me encanta jugar con papá y aprender nuevas palabras en inglés».
Elena Dini
(Diciembre de 2022)