Las promesas como mimbro de la Orden

Las investiduras de 2015 en Francia y la homilía de Mons. Le Gall

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Las promesas como mimbro de la Orden Foto: Philippe Cabidoche

Confluyendo de toda Francia, centenares de Caballeros y Damas participaron en la celebración de las Investiduras a primeros de octubre de 2015, en Toulouse, en presencia del Gran Maestre de la Orden. Abajo una síntesis de la bella homilía pronunciada por Mons. Robert Le Gall, arzobispo de Toulouse durante la misa de los cruzamientos, en la catedral de San Esteban donde, en la encrucijada de las ojivas, la cruz occitana con doce perlas evoca a la Jerusalén Celestial, esa ciudad con doce puertas que describe el Apocalipsis de san Juan.


“Somos frágiles frente al misterio de la Cruz, incluso después de la Resurrección, como lo demuestra el Evangelio. En el Santo Sepulcro, donde no dejan ustedes de unirse a ellas, con el corazón y de manera tangible, hermanas y hermanos de la Orden, queridos Caballeros y Damas, las Santas Mujeres ven la piedra rodada, pero no ven el cuerpo de Jesús. Dos hombres con ropa resplandeciente, dos ángeles les anuncian que está vivo.

Y además, los Caballeros son como esos ángeles con sus capas blancas, ¿verdad?, que ahora vemos muy numerosos en esta catedral. Ángeles de la resurrección que tienen que anunciar la resurrección a partir del sufrimiento de Jesús (…). La velada de ayer por la tarde en la basílica de San Saturnino y la ceremonia de esta mañana en la catedral de San Esteban, el protomártir, nos fortalece en nuestra voluntad de confesar el misterio pascual en su totalidad. Acaban de prometerlo, queridos hermanos y hermanas de la Orden, delante de Su eminencia el Cardenal, durante los cruzamientos.

Confiesan el misterio pascual por completo sin omitir de honrar el gran sábado, el día completo en el que el Señor está en la tumba, en su cuerpo que ha experimentado la muerte. Es vuestro lugar. Es vuestro día, ese Sábado Santo. Nosotros estamos, queridos hermanos, en la contemplación de la Cruz, nazarenos.

Título de burla para los fanáticos de Daech desde que en la Cruz figuraba en tres lenguas: “Jesús de Nazaret, rey de los judíos”. Y ayer por la tarde en el frontón de la basílica de San Saturnino durante el diaporama que pudimos ver, se encontraba en noun árabe, la letra N, que es la primera letra de los nazarenos que nos define como cristianos. Un título de gloria (…). Ustedes han prometido, hermanos y hermanas, ahora hay que cumplir las promesas y ser testigos de Jesús muerto y resucitado”.


(4 octubre 2015)