Un verano en Magdala

La Lugartenencia para Portugal narra una experiencia de servicio y oración con los jóvenes

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Magdala

La Lugartenencia de Portugal ha organizado por primera vez un programa de voluntariado en Tierra Santa para un grupo de jóvenes universitarios portugueses. Estos jóvenes han vivido durante tres semanas en el país de Santa María Magdalena donde ayudaron a los Legionarios de Cristo en la construcción del Proyecto Magdala.

En Magdala la jornada empieza muy pronto. Levantarse a las 6:30 y después del desayuno hay un tiempo de oración de unos treinta minutos antes del trabajo. Y así todos los días para el grupo de decenas de voluntarios llegados de todo el mundo para ayudar en la construcción del sueño de Magdala.

La profundización espiritual de nuestros jóvenes, siempre acompañado por el incansable P. Timothy Meehan, L.C. y el contacto con los cristianos locales y peregrinos de todas las nacionalidades han hecho que esta estancia sea verdaderamente inolvidable.

Magdala es hoy mucho más que un hotel y una magnífica iglesia al borde del mar de Galilea. Después del descubrimiento de una sinagoga del siglo I, Magdala se ha convertido en un importante lugar de peregrinación tanto para judíos como para cristianos. Centenares de peregrinos van allí todos los días, por lo que es necesario acogerlos, organizar visitas guiadas, ayudar en la preparación de las ceremonias litúrgicas, vender bebidas y recuerdos. Por muy anodinas que parezcan estas actividades, son las que permiten que se cumpla el sueño de Madaba. ¡El trabajo de los voluntarios da vida a las piedras milenarias de Magdala!

La Lugartenencia de Portugal ha querido que ese programa de voluntariado fuera acompañado por una profundización de la fe para todos y una toma de contacto con las instituciones de la Iglesia Católica de Tierra Santa. En ese sentido, y durante los ratos libres, se organizaron peregrinaciones hacia los Lugares Santos, siempre acompañados por un Caballero de la Orden del Santo Sepulcro. Los jóvenes voluntarios también tuvieron la posibilidad de encontrar a miembros importantes de la Iglesia latina de Jerusalén como Mons. Michel Sabbah y Mons. Fouad Twal, Patriarcas Eméritos, Fr. Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa y otros franciscanos y sacerdotes del Patriarcado Latino de Jerusalén.

Estos contactos con la realidad de Tierra Santa han hecho que esta misión de nuestros jóvenes voluntarios fuera verdaderamente especial. Y después de esta experiencia enriquecedora con la realidad de nuestra Madre Iglesia y los cristianos de Jerusalén, piedras vivas de los caminos recorridos por Jesucristo, nuestros jóvenes han vuelto a casa con el corazón lleno de alegría y deseo de seguir estando presentes en la Tierra en la que Dios se hizo Hombre.


Tiago Teles de Abreu

(Septiembre 2017)