«Una vocación dentro de otra vocación»: ser religioso y Caballero

Print Mail Pdf

Monica Raassen - 2

«Mi camino dentro de la Orden comenzó a la inversa», explica el padre Raffaele Di Muro, O.F.M. conv., decano de la Pontificia Facultad Teológica San Buenaventura – Seraphicum, la cual está administrada por la Orden de los Hermanos Menores Conventuales. En esta entrevista, el Religioso-Caballero nos cuenta cómo entró en la Orden y cómo vive esta «vocación dentro de la vocación».

 

Padre Raffaele, ¿qué le llevó hasta la Orden del Santo Sepulcro?
Mi camino dentro de la Orden comenzó a la inversa. Leí un artículo del cardenal Fernando Filoni, Gran Maestre, sobre la posibilidad para los religiosos y religiosas de convertirse en miembros de la Orden del Santo Sepulcro. Esto me llamó la atención y decidí ir a hablar con el cardenal, quien me animó. Como franciscano, siento un amor profundo por los lugares santos, pero en Tierra Santa no tenemos presencia como Hermanos Menores Conventuales. Para mí, se trataba de comprender cómo ayudar y apoyar, cómo ser «guardián» del Santo Sepulcro también desde aquí. Gracias a las palabras de ánimo del cardenal, contacté con la Lugartenencia y, después, con la Delegación local (Saint-Luc), que me acompañó de cara a la Investidura.

 

Es hermano menor conventual. ¿Cómo le nació esta vocación?
Soy originario de Lucera (provincia de Foggia) y conciudadano de Francesco Antonio Fasati, un santo franciscano. Siempre me ha fascinado esta figura. Cuando me sentí llamado a la vida consagrada, la Orden franciscana se presentó como un destino natural. Entonces, conocer a la figura de san Maximiliano Kolbe reforzó mi elección. Tras el noviciado, me enviaron aquí, al Seraphicum, para mi formación académica y la vida consagrada y sacerdotal. Después de la ordenación sacerdotal, me trasladaron a Benevento durante nueve años y, más tarde, regresé aquí y me hice cargo de diferentes funciones (formador, docente y, desde 2020, decano). Durante seis años, también fui presidente de la Misión de la Inmaculada, una asociación pública internacional de fieles de derecho pontifical que está inspirada en la obra del padre Kolbe y su carisma misionero y mariano.

 

¿Cómo vive su pertenencia a la Orden del Santo Sepulcro como religioso?
Al principio, no pensaba que fuera posible formar parte de dos Órdenes. Por el contrario, me di cuenta de lo mucho que esto enriquecía mi ser franciscano. Cuando me sentí atraído por la realidad de la Orden del Santo Sepulcro, solicité claramente permiso a mi Superior General, que no dudó en concedérmelo, y en mi comunidad todo el mundo estaba al corriente de esta pertenencia que vivo como una vocación dentro de otra vocación. Debes sentirte llamado a ser Caballero o Dama y tener un amor especial por Tierra Santa. Incluso, diría que debes impregnarte de Tierra Santa. En lo que respecta a la vida dentro de la Orden, la mayoría de los encuentros de la Delegación de Saint-Luc, a la que pertenezco, ahora se desarrollan aquí, en el Seraphicum. Estos encuentros tienen lugar cada dos meses, los sábados por la tarde, donde proponemos una conferencia sobre un tema espiritual o eclesiástico, seguida de la celebración de la Eucaristía y de un momento de convivencia. Tengo el placer y el honor de impartir algunas de estas conferencias y de ofrecer así un servicio a los Caballeros y Damas con los que estamos creciendo en fraternidad y proximidad.

 

Recibió la Investidura en diciembre de 2023 por parte del cardenal Filoni. ¿Hubo algo que le emocionara especialmente durante esa experiencia?
Lo que más me emocionó fue la intensidad de la celebración. Honestamente, no pensaba que después de mi ordenación sacerdotal podría volver a sentir tanta emoción. No puedo hablar de un momento en concreto: fue un todo. La celebración fue muy larga, pero enriquecedora, y cada momento tuvo un significado particular que aprecié por completo.

 

¿Cómo espera que evolucione la Orden en los años venideros?
El cardenal Gran Maestre ha dado un fuerte impulso a la espiritualidad, que cada vez está más definida y supervisada. Espero que, en los años venideros, haya una conciencia cada vez mayor de la belleza de este aspecto para los Caballeros y Damas. Deseo que cada uno de nosotros experimente la espiritualidad de la Orden, ya que ahí es donde reside el futuro de esta institución pontificia.

 

Entrevista realizada por Elena Dini

 

(Abril de 2025)