La generosidad trae esperanza en medio de la desesperación de la guerra en Tierra Santa

Testimonios de los beneficiarios de la creación de empleo

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Job creation beneficiaries - 1

Desde el 7 de octubre, las dificultades económicas han aumentado en el interior de muchas familias cristianas, sobre todo en Cisjordania y Jerusalén. Estas se ven envueltas en la lucha por llegar a fin de mes, además de la preocupación por su futuro y el de sus hijos en su querida patria. Desde el comienzo de la guerra, la Autoridad Palestina no ha podido pagar los salarios de alrededor de 180 000 funcionarios, muchos de los cuales son cristianos y no cobran desde octubre de 2023. Muchas empresas han adoptado recortes presupuestarios para asegurar su supervivencia en este contexto de guerra. Asimismo, la suspensión de numerosos permisos para cruzar la frontera ha causado la pérdida repentina del empleo de más de 100 000 personas que trabajaban en Israel, dejándoles ante la difícil tarea de encontrar un nuevo trabajo en Cisjordania, donde las oportunidades son extremadamente escasas. Muchas familias cristianas que trabajaban en el sector turístico también se han visto muy afectadas por el cese total de las actividades relacionadas con este ámbito, y más de 3000 cristianos palestinos han perdido su trabajo dentro del sector.

No obstante, gracias a la ayuda de la Orden del Santo Sepulcro, el Patriarcado latino de Jerusalén ha empleado y apoyado directamente a 173 personas de diversas parroquias latinas de Cisjordania y Jerusalén Este desde octubre de 2023. En efecto, como explica Sami El-Yousef, director general del Patriarcado latino, «desde el principio de la guerra en Gaza, el Patriarcado latino de Jerusalén ha recibido de las Lugartenencias, a través de la mediación del Gran Magisterio, 1,73 millones de dólares destinados al fondo de emergencia para Gaza y Cisjordania. Gaza siempre ha sido la prioridad, teniendo en cuenta el nivel de destrucción, la pérdida de vidas humanas y la ausencia de productos básicos e infraestructuras, y la mayor parte de los fondos han sido destinados a garantizar los medios de subsistencia cotidianos. En Cisjordania, tras la prioridad dada durante los dos primeros meses de guerra a las acciones humanitarias, tales como los cupones de alimentos, las ayudas para el alquiler, la escolarización, los servicios públicos, los gastos médicos, etc., y dado el fuerte aumento del desempleo, varios cientos de miles de dólares de los fondos recibidos se han invertido en proyectos de creación de empleo e ingresos».

Esta ayuda ha permitido reducir muchas cargas financieras de personas que se encontraban en paro, habían perdido su trabajo o corrían el riesgo de perderlo, aportando a muchos hogares cristianos de Tierra Santa una ayuda económica y la esperanza de un futuro más estable.

Los fondos de creación de empleo se han dividido en varios programas creados para apoyar una serie de casos. En primer lugar, se han ofrecido prácticas remuneradas para ayudar a los jóvenes licenciados que se encuentran en paro. En segundo lugar, se han creado oportunidades de empleo de 4 a 6 meses para las personas que han perdido su trabajo. En tercer lugar, se han entregado subvenciones de 2000 dólares para las empresas con dificultades o de nueva creación. Cabe señalar que se recibieron 370 peticiones de subvención, pero que los fondos solo pudieron cubrir las solicitudes de 11 empresas. En cuarto lugar, el trabajo temporal ha permitido apoyar a los trabajadores de la construcción que perdieron su empleo tras la cancelación de sus permisos.

A continuación, se recogen algunos testimonios sinceros del impacto que la generosidad de otros ha tenido en la vida de muchas personas y familias durante este periodo de guerra (por respeto a su privacidad, solo aparecen las iniciales de los nombres de estas personas).

N.A., de 30 años y nacida en Gaza, es la única persona de su familia que puede ganarse la vida. Se trasladó a Ramala con su familia con la esperanza de una vida mejor. Tiene tres hermanos menores en paro que no pudieron terminar sus estudios debido a sus dificultades económicas. Su hermana mayor, de 33 años, no pudo continuar sus estudios más allá del quinto año porque es de aprendizaje lento y no recibió el apoyo necesario después de que se trasladaran a Ramala. En el pasado, se benefició de una ayuda en la escuela de la Sagrada Familia de Gaza. El padre de N.A. tiene 60 años y padece numerosos problemas de salud que le impiden trabajar. Ha perdido completamente la vista debido a la hipertensión arterial y actualmente sufre infecciones pulmonares que le obligan a estar conectado de forma constante a oxígeno. Necesita asistencia y cuidados diarios, por lo que la madre de N.A. permanece en casa y mantiene a la familia cuidando de su marido y padre de sus hijos.

N.A. tuvo la suerte de poder terminar sus estudios y obtener un diploma de gestión de empresas y proyectos. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por encontrar trabajo, no lo consiguió. Cuando comenzó la guerra en Gaza, la situación económica de N.A. empeoró, ya que tuvo que luchar por mantenerse tras la destrucción de su casa y la tienda familiar que tienen en Gaza, que eran las únicas fuentes de ingresos de la familia antes de la guerra. Se encontraban en una situación desesperada hasta que el Patriarcado latino intervino y proporcionó a N.A. un trabajo temporal como parte del programa de creación de empleo. La contrataron como secretaria en la Oficina de Educación Cristiana del Patriarcado latino en Ramala. N.A. expresó su gratitud por esta oportunidad que le ha cambiado la vida, afirmando: «El proyecto de nueva contratación ha cambiado mi vida. Me ha permitido aliviar mis preocupaciones y luchar por satisfacer mis necesidades básicas y las de mi familia durante este periodo devastador. La guerra ha afectado considerablemente a nuestras finanzas. Doy gracias a Dios por esta oportunidad y espero seguir progresando en mi carrera para poder continuar satisfaciendo las necesidades de mi familia».

La Sociedad Antoniana de Belén se vio gravemente afectada por la reciente guerra, que perturbó sus actividades y afectó al bienestar de sus residentes y personal. La situación ha provocado una reducción del presupuesto del instituto debido al descenso de las donaciones y los fondos asignados a los proyectos. Además, muchas de las familias de las personas mayores que vivían en la residencia de ancianos de la asociación ya no podían permitirse pagar ni los gastos de alojamiento ni los gastos médicos. Asimismo, la residencia ayudó a acoger a 7 nuevas personas sin hogar durante este periodo de guerra, dos de las cuales son una madre y un padre originarios de Gaza. Esta situación ha provocado el aumento de la presión sobre los recursos y la necesidad de responder a las necesidades de los residentes, así como mantener los servicios proporcionados.

Gracias al apoyo económico del Patriarcado latino, la Sociedad Antoniana pudo contratar a 9 desempleados de Belén: cuatro enfermeras, un fisioterapeuta, un limpiador, un nutricionista, un agente de mantenimiento y un contable. De igual forma, pudo mantener los salarios de los empleados ya existentes.

El hecho de ofrecer estos empleos, gracias a los fondos de creación de empleo, permitió asegurar la perpetuidad del establecimiento y mejorar la situación económica de numerosas familias. He aquí algunos breves testimonios de personas contratadas por la Sociedad Antoniana:

D.S. trabaja como enfermera y su salario ha sido esencial para cubrir el alquiler y los gastos de su familia. N.K., que también es enfermera, utilizó sus ingresos para la educación de sus hijos y sus necesidades diarias. S.K. confirmó que su empleo contribuía a la estabilidad económica de su hogar y le permitía hacer frente a los gastos del día a día y cubrir las necesidades más importantes. S.S., el agente de mantenimiento, pudo mantener a su familia en un momento en el que no habría podido cubrir sus necesidades básicas.

T.A., de 54 años, de Jerusalén, está divorciada y actualmente vive con su madre y su hermana en una casa de alquiler. Su madre está jubilada. T.A. fue despedida al principio de la guerra debido a las dificultades económicas que atravesaba el instituto en el que trabajaba. Pasó tres meses sin ingresos fijos con los que mantenerse. Todo su hogar vivía de la pequeña cantidad recibida de la pensión de su madre. T.A. ya recibió una ayuda procedente del programa de autonomización de las mujeres del Patriarcado latino de Jerusalén, la cual le permitió matricularse en un curso en línea para aprender a fabricar productos de belleza sencillos. Para ella, este pequeño oficio era una gran fuente de ayuda, pero mucha gente dejó de comprar debido a las dificultades de la guerra. Enfrentada al aumento de los gastos cotidianos a causa de la guerra y sin esperanza de encontrar trabajo, se sintió desamparada… hasta que el Patriarcado latino consiguió encontrarle un trabajo, dentro del programa de creación de empleo, como secretaria en el departamento social del Patriarcado.

M.S., de Beit Jala, con una discapacidad visual, pudo realizar prácticas en la Sociedad Árabe de Rehabilitación de Belén (Bethlehem Arab Society for Rehabilition) desde febrero a mayo de 2024, tras perder su trabajo como «vendedor ambulante de souvenirs religiosos» al comienzo de la guerra, en octubre de 2023. Relata: «El proyecto AFAQ permitió poner en contacto a personas sin empleo, incluidas las personas discapacitadas, con empresarios, y les ofreció un sueldo».

N.M., de Taybeh, declaró que, gracias a sus prácticas remuneradas, pudo contribuir a los gastos del hogar y satisfacer las necesidades de su familia, ya que su padre y su hermana perdieron sus empleos durante la guerra: «La oportunidad que tuve a través del proyecto AFAQ fue la piedra angular para mi propio sustento y el de mi familia».

Cabe destacar que el proyecto de prácticas permitió que unas 9 personas obtuvieran un empleo permanente.

El grupo Zayyan Band, de Beit Sahour, está compuesto por 36 jóvenes, tanto hombres como mujeres, que presentan espectáculos tradicionales y cantan en bodas y actos públicos. Estos recibieron una subvención que les ayudó a mantener y desarrollar su negocio. E.H., de Zayyan Band, cuenta: «Su apoyo es mucho más que una simple donación económica; es una expresión de confianza que refuerza nuestra capacidad para crear un cambio positivo en nuestro negocio. Hemos comprobado por nosotros mismos que su cooperación en el apoyo a la juventud cristiana a través de pequeñas subvenciones puede tener un impacto significativo en nuestras vidas, sobre todo a medida que desarrollamos nuestra actividad musical y artística».

K.A., de Ramala, estuvo en paro durante un mes y medio antes de que le asignaran la supervisión de un proyecto a corto plazo, cuyo objetivo se centraba en la reforma de antiguos edificios, como escuelas y oficinas, del Patriarcado latino de Ramala. Este proyecto permitió contratar a siete trabajadores de la construcción que habían perdido su trabajo cuando Israel revocó todos los permisos de los trabajadores de la construcción palestinos. K.A., como supervisor y persona que ayudó a asignar los puestos de trabajo, afirma que esta oportunidad permitió aliviar el estrés financiero de estos padres de familia, los cuales tienen hijos que alimentar y criar. Aunque los ingresos no son permanentes ni equivalentes a los que recibían cuando trabajaban en Israel, suponen una diferencia significativa en estos tiempos sin precedentes. Esto les ha dado algo que hacer, en lugar de sentarse a esperar que las cosas mejorasen. También, se han llevado a cabo proyectos similares en Aboud, Beit Sahour y otras partes de la diócesis, proporcionando una ayuda económica temporal a muchos trabajadores de la construcción que permanecen desempleados a la espera de que la guerra llegue a su fin, confiando en la misericordia y la gracia de Dios en medio de las dificultades socioeconómicas y las tensiones políticas en Tierra Santa.

Miral Atik
Media Officer del Patriarcado Latino de Jerusalén

 

(Julio de 2024)