Los proyectos de la Orden en relación con el Patriarcado latino
A petición del Patriarcado latino de Jerusalén, la Orden tiene la misión de apoyar la realización de numerosos proyectos, grandes y pequeños, en Tierra Santa. Este artículo presenta un resumen de los proyectos realizados en 2022, gracias a las contribuciones de las Lugartenencias de todo el mundo, transmitidas a través del Gran Magisterio. Estas obras, una vez terminadas, contribuyen a ayudar a nuestros hermanos y hermanas de esta parte del mundo a llevar una vida mejor.
S i echamos la vista atrás al año pasado, aunque la pandemia de Covid-19 está menos extendida, lo que permite reanudar con normalidad los viajes internacionales, otros factores han tenido efectos desestabilizadores en el mundo. En primer lugar, la guerra de Ucrania, que ha causado un gran número de víctimas, ha provocado aumentos en el coste de muchos productos y servicios básicos, que en Tierra Santa han sido del orden del 10% en algunos casos y de hasta el 20% en otros.
La inflación también aumentó y las tasas de desempleo siguieron siendo elevadas en Jordania y Palestina, donde continuaron superando el 20% (con más del 50% en Gaza), frente a sólo el 5% en Israel.
Por tanto, la demanda del fondo de ayuda humanitaria siguió siendo muy elevada. La distribución de medicamentos, las intervenciones médicas para los más necesitados, el apoyo escolar y la asistencia social no cesaron y el número de beneficiarios sigue siendo elevado.
Hay que añadir a esto los programas de creación de empleo en Gaza, el apoyo a los refugiados iraquíes en Jordania y el fondo para Jerusalén Este, que siguió ayudando a muchas familias a lo largo del año.
En concreto, la creación de empleo en Gaza ha proporcionado trabajo a más de un centenar de jóvenes en tres años gracias al financiamiento de la Orden. La buena noticia en Gaza es que unas sesenta y cinco personas que se beneficiaron de anteriores convocatorias tienen ahora empleos permanentes y autosuficientes.
El apoyo a los refugiados iraquíes también se mantuvo durante el año, beneficiando a 17.000 refugiados, entre ellos 12.000 cristianos. En cuanto al fondo de Jerusalén Este, la demanda ha aumentado con el endurecimiento de las restricciones a las familias que solicitan la reagrupación familiar.
Durante el año, se hicieron esfuerzos para progresar hacia programas de capacitación más sostenibles. Se diseñaron algunos programas creativos para ayudar a los beneficiarios a ser autosuficientes, como los programas para mujeres y jóvenes, que mejoraron sus competencias enseñándoles un oficio y permitiéndoles generar ingresos para su manutención y la de sus familias.
En este campo, el programa de desarrollo de competencias y orientación profesional AFAQ (Horizontes), puesto en marcha en cooperación con la Universidad de Belén, ha tenido mucho éxito.