El reto de la educación en Tierra Santa
El patriarca latino ha organizado clases de recuperación para los alumnos de Gaza, privados de educación desde el cierre de las escuelas provocado por la guerra.
GAZA
En el año escolar 2023/2024, el Gran Magisterio transfirió más de 5 millones de dólares al Patriarcado latino de Jerusalén en forma de contribuciones fijas y regulares. Su objetivo se basaba en apoyar las actividades educativas que el Patriarcado ofrece a los jóvenes de Tierra Santa a través de la red de escuelas dirigidas por la diócesis.
En la carta que el cardenal Pizzaballa – que también es Gran Prior de la Orden del Santo Sepulcro – dirigió al Gran Maestre de la Orden, el cardenal Filoni, el 3 de septiembre de 2024, con motivo del nuevo curso escolar, el patriarca latino de Jerusalén evoca brevemente el difícil contexto educativo que existe en Tierra Santa, en el cual tanto alumnos como profesores se enfrentan a innombrables dificultades diarias. «El año escolar que acaba de terminar ha sido testigo de la destrucción de algunas escuelas de Gaza y de la ausencia de facto de clases para el año 2023/2024. Tanto en Palestina como en Jordania, el crecimiento de la tasa de desempleo ha provocado dificultades para las familias y un aumento inevitable de la contribución del Patriarcado latino a las becas de estudios y a la ayuda a los estudiantes. En Israel, las leyes que rigen la financiación pública de las escuelas privadas implican que algunos programas sean financiados en las escuelas públicas, pero no en las escuelas católicas, lo que se traduce en un presupuesto insuficiente para nuestras escuelas de Galilea».
Sabemos que la situación en Gaza es realmente trágica, así como la situación de las escuelas es uno de los factores que se suman al desastre en curso. Sami El- Yousef, administrador general del Patriarcado latino de Jerusalén, afirma: «Al comienzo de la guerra, nuestras dos escuelas en Gaza se transformaron en refugios y se cerraron de inmediato. La escuela del Patriarcado latino en Zeitoun – continuó – ha seguido refugiando a cerca de 650 hermanos y hermanas cristianos, mientras que la escuela de la Sagrada Familia primero fue un refugio para nuestros vecinos del barrio de Remal y, más tarde, ha ido sufriendo serios daños estructurales como consecuencia de los múltiples ataques que han sucedido a lo largo del año». El administrador general del Patriarcado comparte con emoción lo que expresaron los padres presentes en la única visita pastoral del cardenal Pizzaballa a Gaza en el mes de mayo, a saber: «que su prioridad se centra en que el Patriarcado proporcione una educación a sus hijos. ¡Pidieron esto incluso antes que la propia comida, el agua y los medicamentos! Tenemos la responsabilidad de escuchar y responder a esta petición, a pesar de todas las dificultades».
De esta forma, mientras que en el curso académico 2023/2024 todos los alumnos de ambas escuelas católicas de Gaza se vieron privados de su escolaridad, a partir de junio de 2024, el Patriarcado se organizó para ofrecer clases de recuperación a los 180 alumnos de la parroquia, todo ello gracias a algunos profesores que se refugiaban allí y que ya han sido contratados por el Patriarcado. Sami El-Yousef concluye: «Hasta finales del mes de agosto de 2024, continuamos pagando los salarios de 80 trabajadores de nuestras escuelas. Desde el 1 de septiembre, cesamos de pagar los salarios del personal que ya había salido de Gaza, siendo un total de 40 personas, y proseguimos pagando los de aquellos que permanecían en la ciudad, más las personas adicionales que contactamos para las clases de recuperación, ya que no disponíamos de todas las competencias necesarias en la parroquia. De esta manera, los niños podían continuar estudiando y los adultos que trabajaban para ellos podían conseguir una fuente de ingresos».