Celebrando a San Pío X

Este Papa es el único santo canonizado que ha pertenecido a la Orden del Santo Sepulcro, de la que fue el primer Gran Maestre.

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PiusX

José Sarto, que se convertirá en el «párroco del mundo», nació en Riese, diócesis de Treviso, el 2 de junio de 1835. Fue ordenado sacerdote en 1858, el mismo año que las apariciones de la Virgen en Lourdes. Fue un hombre de oración, humilde, trabajador, «justo y recto en grado supremo», según los que lo conocieron.

Fue obispo de Mantua y después Patriarca de Venecia. Luchó con valentía y determinación contra «el crimen de la era moderna», que definía así: «Querer sustituir al hombre por Dios».

Después de la muerte de León XIII, con un billete de ida y vuelta para el cónclave de 1903, ya no volvió a Venecia, convirtiéndose en el papa Pío X, «porque, según dijo, los Papas que más han sufrido en este siglo llevaban el nombre de Pío». Su obra —al lado de su joven Secretario de Estado, el cardenal Rafael Merry del Val, nombrado a los 38 años— permitió a la Iglesia resistir a las fuerzas que intentaban someterla o ponerla bajo tutela porque, decía, «más vale el sacrificio de las riquezas que el de la libertad ». Al invitar a los cristianos a participar activamente en la liturgia, los llevó a las fuentes vivas de la fe. Murió el 20 de agosto de 1914, pocos días después del inicio de la primera guerra mundial.

Es actualmente el único santo canonizado que perteneció a la Orden del Santo Sepulcro, de la que fue Gran Maestro. Para consolidar la posición de la Orden en Tierra Santa, san Pío X reservó para él y sus sucesores el cargo de Gran Maestro con la carta apostólica Quam multa del 13 de octubre de 1908 y concedió a los Caballeros un lugar en las capillas papales, mientras que el Patriarca latino de Jerusalén era designado como Rector y administrador perpetuo de la Orden.