«Una tarea inmensa»
Hace dos años el papa Francisco quiso que este mes de octubre de 2019 fuera un «mes misionero extraordinario» con el fin de profundizar la conciencia de la misión ad gentes (hacia los no creyentes) y participar, con nuevo fervor, en la transformación misionera de la vida de la Iglesia y de la actividad pastoral. Esto constituye simplemente una respuesta obediente a las palabras dirigidas por Cristo a sus discípulos cuando les dejó: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Marcos 16, 15; cf. Mateo 28, 19).
Citando ampliamente el Concilio Vaticano II, el Papa lo ha calificado de «tarea esencial» de la Iglesia, que «por naturaleza es misionera », recordando que es responsabilidad de todo creyente. También afirmó que esto seguía siendo una tarea inmensa, inscrita así en los pasos del papa Juan Pablo II, para quien la misión estaba lejos de haber concluido y, de hecho, estaba en sus comienzos.
¿Qué podemos decir de los desafíos actuales de la evangelización del mundo?
- Se observa una creciente fobia anticristiana a escala mundial. El respetable Pew Research Center (PRC) ha constatado recientemente que los cristianos son «el grupo de creyentes más atacado », más del 80% de la población mundial (6000 millones de personas) viven en países que ejercen una represión en el plano religioso – un total de 144 países. Esto ha provocado un inmenso flujo de refugiados que huyen torturas y asesinatos incluso en los países «aliados» a las naciones democráticas occidentales.
- Por otra parte, como señaló el papa Francisco en el discurso que nos dirigió en el Vaticano al final de nuestra Consulta del año pasado: «Además del martirio de sangre, existe también el “martirio blanco”, como por ejemplo el que tiene lugar en los países democráticos cuando la libertad de religión es limitada». Son cada vez más los casos en los que son objeto de amenazas jurídicas y discursos de odio quienes defienden las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia.
- Por último, el libro oficial de estadísticas del Vaticano revela que está en aumento el crecimiento de la Iglesia en el mundo. Sin embargo, de 2016 a 2018, el número de católicos en Europa ha sufrido un descenso de 240 000. Otros estudios recientes muestran que el 33% de los jóvenes norteamericanos de 21 a 29 años (la mayoría cristianos) se consideran no religiosos. Esto constituye un fuerte estímulo a la «re-evangelización».
Por lo tanto, tenemos ante nosotros un panorama amplio y discordante. Incluso podría ser deprimente sin la promesa que hizo el Señor antes de partir: «Y yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». Para los miembros de la Orden, nuestra vocación a la oración personal, la santidad, la formación y nuestro compromiso solemne por la defensa y la promoción de la fe en Tierra Santa son hitos seguros para responder a la exhortación final que el papa Francisco nos dirigió a todos al término de nuestra Consulta.
Evocando nuestra devoción a María, invocada bajo los títulos de Nuestra Señora de Palestina y Nuestra Señora de los cristianos perseguidos, declaró: «Invoquemos juntos la solicitud de María en Tierra Santa y, en general, en Oriente Medio, así como su intercesión especial por aquellos cuya vida y libertad están en peligro».
Edwin Cardenal O’Brien
(otoño 2019)