«Todo llega según los plazos y la voluntad de Dios»
Deir Rafat es un lugar especial para los Caballeros y Damas de la Orden: fue aquí donde en 1927, el Patriarca Luigi Barlassina quiso hacer erigir un santuario en honor de María Reina de Palestina, que es la patrona del Orden del Santo Sepulcro. Hace ya pues casi un siglo que este lugar atrae a cristianos fieles de Israel, Palestina y de otros lugares, en particular el día de la fiesta de la Bienaventurada Virgen María de Palestina, que cae el 25 de octubre pero que normalmente es celebrada por la comunidad local el domingo siguiente.
Todo esto, Stephen y Renetta Torres de Albuquerque lo ignoraban cuando llegaron a Deir Rafat el 29 de octubre de 2017, con otros 2000 fieles más. «¡Qué coincidencia feliz! Estábamos allí pero ignorábamos que se celebraba la fiesta de Nuestra Señora de Palestina. Dios quiso que fuéramos allí en aquel momento: es lo que había previsto para nosotros ».
Así expresó Stephen Torres la experiencia vivida con su mujer durante la peregrinación en Tierra Santa, que tuvo para esta pareja el efecto de un bálsamo después de las duras pruebas que habían atravesado. Originario del estado de Nuevo México (USA), Stephen y Renetta, Caballero y Dama de la Orden, tenían en su corazón desde el 2005 el deseo de ir a Tierra Santa como peregrinos, pero la enfermedad y la defunción de su hijo les obligó retrasar durante mucho tiempo ese sueño.
Dejemos a Renetta contarnos desde el fondo de su corazón lo que vivieron: «Hacía ya 12 años que tratábamos de ir a Tierra Santa pero nuestra situación no se estabilizaba. Pienso que todo llega según los plazos y la voluntad de Dios. Aquí en Deir Rafat, siento la mano del Señor tan cerca de mí... Estamos aquí para participar en esta celebración eucarística con nuestro hábito de Caballero y Dama del Santo Sepulcro y no pensábamos que fuera posible. Todo esto es un don de Dios. Creo que es la fe profunda en Él quien guía nuestros pasos. Hemos perdido un hijo hace seis años y, para nosotros, este viaje es verdaderamente especial. Quería venir con nosotros pero las complicaciones que precedieron su muerte se lo impidieron. Es la Bienaventurada Madre de Dios quien nos ayudó a atravesar las pruebas de la vida. Es tan importante para nosotros y, evidentemente, lo es también para las personas de este país».
Testimonio realizado con la colaboración de Vivien Laguette
(Primavera 2018)