«Deseamos ampliar la Orden»
El cardenal Edwin O'Brien celebrando la misa en presencia de los miembros de la Lugartenencia durante su reciente visita a América del Sur.
A raíz de los encuentros con los Lugartenientes de América del Sur y del Norte, así como en estas últimas semanas, el cardenal Edwin O’Brien, Gran Maestre de la Orden del Santo Sepulcro, anuncia los elementos comunes que ha podido observar en las diferentes Lugartenencias. Subraya en particular la importancia de las experiencias locales de los miembros de nuestra Orden en el mundo.
En el mes de junio se encontraba usted en Toronto donde participó en el encuentro de Lugartenientes de América del Norte, que dirigen más de la mitad de los miembros de la Orden. Unos días antes se encontraba en Buenos Aires para visitar a los Lugartenientes de América del Sur, que representan una parte más pequeña de nuestra Orden. ¿Qué visión tiene de la Orden en esa región del mundo?
Las experiencias que viven las Lugartenencias son variadas y esperamos, a la larga, tener un Vicegobernador General para América del Sur ya que existen diferencias culturales, no solamente entre la América del Norte y del Sur, sino también dentro de la misma región. Deseamos extender allí la Orden aún más y nuestra visita reciente ha sido muy útil para la planificación de dicha ampliación. El hecho de haber la Orden presente in situ representa un atractivo para ciertos obispos (en América del Sur) y tenemos que decidir las maneras de proceder.
Después de haber concluido el tercer encuentro regional, el de los Lugartenientes europeos aquí, en Roma, ¿ve puntos comunes en las experiencias que ha recibido de los Lugartenientes de esas tres regiones del mundo?
Se han expresado preocupaciones respecto al tema de la adhesión y la formación de los miembros, no solamente sobre la manera de entrar en la Orden, sino también en la formación continua. Nutrimos mucha esperanza respecto al clero, es verdad que tenemos muchos capellanes caballeros y no sacamos el máximo provecho a su presencia. También podemos contar con la valoración de los miembros. Destacamos a los Lugartenientes y su liderazgo, pero éstos también tendrían que intentar transmitir sus capacidades a los diferentes miembros.
Cuando el mandato de un Lugarteniente llega a término, no siempre se logra encontrar un sustituto. Esto indica que en nuestras Lugartenencias tenemos que aprender, sin lugar a dudas, a desarrollar, animar y descubrir las aptitudes para dirigir de quienes ya están entre nosotros. A veces tenemos Lugartenientes deseosos de permanecer para realizar otro mandato, lo que se puede entender, sobre todo porque han realizado un buen trabajo. Pero no es un motivo suficiente para quedarse. Tendría que haber una alternancia para cada puesto. Existen más personas en la Lugartenencia que podrían aportar su contribución con su competencia y compromiso cristianos.
Usted también ha programado visitar la Lugartenencia de Australia en septiembre…
Nuestra visita seguramente que animará a tener una mayor presencia durante la Consulta, que es la asamblea quinquenal de la Orden que tendrá lugar en Roma durante el próximo mes de noviembre. El hecho de ir a Australia es un buen medio de ampliarse y ello anima a los australianos a ir a la Consulta. Puede haber obstáculos, pero pienso que cuanto más viajemos, más sugeriremos la idea de que la distancia no tiene que constituir un obstáculo.
Hemos hablado de puntos comunes que unen a las Lugartenencias en el mundo. ¿Ha oído durante esos encuentros experiencias locales específicas que podrían inspirar a la Orden en su conjunto?
Es exactamente para lo que sirven esas reuniones de Lugartenientes. Durante esos encuentros muchos Lugartenientes toman notas y la razón por la que nos reunimos es precisamente para intercambiar ideas. No es algo que podamos prever, pero esos encuentros tienen como finalidad poner de relieve lo que por lo general los otros miembros no llegarían a conocer, animar nuevos acercamientos y mantener el diálogo. Generalmente es una ocasión importante para encontrarse, crear vínculos personales, rezar juntos y evocar los grandes temas concernientes a la Orden.
La Orden reflexiona cada vez más sobre la presencia de los miembros jóvenes en las Lugartenencias. ¿Qué mensaje desea transmitir respecto a ello?
Pienso que ese es un desafío al que la Iglesia universal se enfrena por todos los sitios. El individualismo impregna la cultura occidental: eso atañe a todas las organizaciones y tenemos que tomar nota, recurrir a lo que federa a las personas, como la camaradería, el compromiso social, el deseo de conocer, el análisis de los problemas y situaciones en el mundo. Tenemos que escuchar y conocer a esos jóvenes antes de actuar, y seguir construyendo la Orden gracias a su presencia. Enriquecer la Orden con su compromiso y atraer a nuevos miembros y jóvenes no es solo competencia de los Lugartenientes, sino de todos los Caballeros y Damas de la Lugartenencia.
Entrevista realizada por Elena Dini
(Julio 2018)