Un acercamiento palestino y musulmán de la no violencia

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Mohammed Abu-Nimer

El profesor Mohammad Abu-Nimer trabaja como director del Instituto para la construcción de la paz y el desarrollo en la Universidad americana, es también consejero principal del Centro internacional del rey Abdullah Bin Abdulaziz para el diálogo interreligioso y el diálogo entre las religiones en regiones que se encuentran en conflicto escribiendo mucho respecto a la construcción de la paz y respuestas no violentas a los conflictos.


Usted nació en una familia palestina que vivía en Israel. ¿Cuál era su percepción de la situación en esa tierra cuando era estudiante? ¿Qué decidió hacer? ¿Cuáles son sus impresiones hoy?

Crecí en la parte norte del país y estudié en la universidad de Jerusalén entre 1981 y 1986. En aquella época, el hecho de vivir en Israel-Palestina era difícil, sobre todo por la ocupación en Cisjordania y la lucha por la igualdad de derechos y la ciudadanía. Tuve la suerte de encontrarme en contextos en los que los árabes y judíos podían encontrarse y dediqué gran parte de mi tiempo y de mi vida a facilitar los encuentros entre palestinos e israelíes. Efectivamente, muchos judíos israelíes vivían cerca de los palestinos, pero no habían tenido nunca la posibilidad de juntarse y hablar con ellos. Entonces comenzamos un programa de encuentros para facilitar el vivir juntos y cohabitar en la misma tierra.

Fue después de los acuerdos de Oslo en 1993, antes de que las discusiones sobre los desenlaces de paz se pusiesen de moda. Pero por entonces, considerar que teníamos, como palestinos que viven en Israel, el desafío de luchar contra la discriminación y por la igualdad de derechos, era de verdad una idea innovadora y vanguardista.

Hablemos de construcción de paz y de islam: ¿Qué recursos pueden tener los musulmanes para sacar de su tradición religiosa algo para obrar a favor de la paz y la transformación de los conflictos?

El papa Francisco habla a menudo de «cultura de la misericordia». ¿Qué papel puede jugar la misericordia en el contexto islámico?

He trabajado en numerosos países como Níger, Pakistán e Irak, y siempre he creído que el islam como religión tenía un zócalo sólido para promover paz, cohabitación y armonía. La no violencia forma parte en ella misma de la teología islámica. En las zonas de conflicto, cuando se trabaja con comunidades musulmanas que promueven la construcción de la paz, se puede contar con valores como el perdón y la reconciliación, que forman parte de la fe. El problema deriva de la falta de infraestructuras políticas, sociales, educativas y económicas eficientes. Eso hace difícil hablar y aplicar la idea islámica de la paz.

En lo que concierne la cuestión del perdón, la misericordia y la reconciliación, me parece de buena inspiración hablar y encontrar similitudes con el cristianismo. En islam, si se perdona, se gana una mayor recompensa que cuando se elige la revancha y las represalias. En cuanto a la misericordia, se trata de uno de los nombres de Dios en el islam. Todo acto de un musulmán tiene que ser hecho en nombre de la misericordia. El concepto de misericordia es verdaderamente fundamental en el islam y pueden verlo en el Corán, en la tradición profética – Sunna – y no era difícil para los musulmanes sentirse concernido por el mensaje del para Francisco en este sentido.


Hemos celebrado el 30 aniversario del encuentro interreligioso en Asís, el día de la Jornada mundial por la paz. En su opinión, ¿Qué papel juega la oración en los grupos de creyentes para la transformación de conflictos?

La oración es una forma poderosa de construcción de alianza y relaciones, y la transformación de conflictos se juega por completo en la construcción de relaciones. Toda forma de ritual espiritual puede constituir una herramienta poderosa y un medio para sentir el dolor del otro y solidarizarse con aquellos que son víctimas. Cada uno puede comprometerse en esa práctica de una manera u otra, ritualizada o no, y eso da a las personas la posibilidad de reflexionar e ir más lejos.

Por ejemplo, cuando los musulmanes van a la Meca para su peregrinación, hay unos dos millones y medio de personas reunidas, conectadas unas a otras y llamando a la construcción de la paz y la cohabitación, como hacen los cristianos cuando se reúnen en lugares como Jerusalén o Roma. El hecho de rezar juntos por la paz envía un mensaje increíblemente poderoso.


Entrevista realizada por Elena Dini


(Abril 2017)