Una hora de adoración durante la peregrinación a Jerusalén

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Hacer una parada con el Señor

La peregrinación a Tierra Santa permite crear un espacio en nuestra vida para volver a descubrir la belleza de estar con el Señor cuando recorremos sus pasos.

En Jerusalén, en las calles llenas de voces y colores de la vieja ciudad, podemos elegir andar a lo largo de la Vía Dolorosa y recorrer con Jesús el camino hasta el Calvario, con la certeza de su victoria sobre la muerte. A veces nos gana el frenesí de los momentos, el ruido, las innumerables cosas que pasan a nuestro alrededor y en nuestro interior, de tal manera que esta experiencia se hace difícil de vivir plenamente.

Con motivo de la publicación de nuestra revista anual La Cruz de Jerusalén, hemos anunciado la edición de un librito espiritual para 2017, invitando a los Caballeros y Damas de la Orden, que van a tener la suerte de vivir la peregrinación por la tierra de Jesús, a hacer una parada de oración durante el tiempo de marcha por la Vía Dolorosa, permitirse la alegría de un momento de adoración eucarística, vivir una etapa de descanso para el alma llevando en el corazón una intención especial por la paz en Tierra Santa y Oriente Medio.

La oración nos permite cumplir nuestra misión de apoyo hacia el Patriarcado latino de Jerusalén, no solamente material sino también espiritualmente.

Este libro ha sido concebido para guiar a los peregrinos en la experiencia de la adoración eucarística en Jerusalén, en la iglesia armenia católica de Nuestra Señora del Espasmo, que conmemora el dolor de María cuando encuentra a su Hijo con la cruz a cuestas, en la cuarta estación de la Vía Dolorosa; o en comunión de intención y de oración, donde quiera que se encuentren.


(8 de junio 2017)