La necesidad de reanimar la esperanza

Conversación con el P. Rifat Bader sobre el apoyo de la Iglesia a los emigrantes en Jordania

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La necesidad de reanimar la esperanza La Iglesia católica en Tierra Santa está muy comprometida en el servicio de la acogida de los refugiados de Oriente Medio, particularmente organizando la escolaridad de los niños y jóvenes. En 2015, la Orden ha contribuído ampliamente realizando una importante donación a Cáritas de Jordania

El P. Rifat Bader es el director del Catholic Center for Studies and Media en Jordanie y párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Naour, cerca de la capital de Ammán. La Iglesia católica en Jordania forma parte del Patriarcado latino de Jerusalén, lo mismo que Israel, Palestina y Chipre. En una entrevista, el P. Bader narra el compromiso de la Iglesia católica en el apoyo a los numerosos emigrantes que huyen de Siria e Irak.

Entre las diferentes iniciativas de las que el P. Bader nos ha hablado, evocaremos la bella experiencia de las escuelas abiertas para los jóvenes emigrantes que tienen así la posibilidad de continuar su formación: “Se han inscrito en las escuelas de al lado de la parroquia del Sagrado Corazón de Naour unos 290 estudiantes sirios. Los alumnos tienen entre 4 y 15 años. Van a clase el lunes, martes y miércoles de 16:00 a 19:00. Entre ellos se encuentran 120 estudiantes que van a las escuelas públicas y que tienen problemas de aprendizaje. Para ellos hay clases de recuperación el sábado de 15:00 a 20:00. Esta escuela abrió sus puertas a los estudiantes el 19 de enero de 2016. Hay otras diez escuelas para los niños sirios organizadas por Cáritas en diferentes ciudades y pueblos”.

Entrevistado sobre lo que motiva a las diferentes instituciones para comprometerse tan profundamente con esos hermanos que huyen de la guerra, el P. Bader responde: “Jordania es un puerto seguro para la paz en la región. Nuestro deber, como ciudadanos y cristianos, es el de aliviar los sufrimientos de las personas. Me he dado cuenta de que esas personas habían perdido todo en la vida: casa, empleo, propiedades, actividades. También han perdido toda idea de esperanza de poder vivir una vida sin dificultades. Han perdido su futuro y es nuestro deber devolverles la esperanza con los medios que disponemos. Este es el mensaje que hemos aprendido del Evangelio”.


Realizado por Elena Dini


(5 abril 2016)