Coordinadora de Tierra Santa en 2017: la situación exige una acción
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La Coordinadora de Tierra Santa, constituida por representantes de las conferencias episcopales de diferentes países del mundo, ha sido instituida por invitación de la Santa Sede a finales del siglo XX con el objetivo de visitar y ayudar a las comunidades cristianas locales de Tierra Santa. Este año, la visita de la Coordinadora ha tenido lugar del 14 al 19 de enero, precedida por una visita de dos días de una delegación del grupo a Gaza. Mons. William Nolan, obispo de Galloway (Escocia), comentando la dificultad de la situación en la franja de Gaza causada por las restricciones de la libertad, las ruinas aún visibles y las escasas perspectivas, ha añadido que «en esta situación, la acción de la comunidad cristiana llevada a través de las escuelas, un hospital y la ayuda material de numerosos benefactores, otorga una importancia social». Ayuda de esta manera el trabajo de solidaridad que muchos de nosotros difundimos para nuestra población, a partir de la pequeña comunidad cristiana.
El programa general de la Coordinadora comenzó la víspera de la Jornada mundial del emigrante y del refugiado, celebrada por Mons. Pierbattista Pizzaballa en la iglesia de San Antonio en Jaffa. Las palabras del Administrador apostólico del Patriarcado latino, refiriéndose a las decenas de millares de cristianos emigrantes presentes en el territorio israelí, han sido particularmente emocionantes: «Ustedes forman parte integrante de nuestra Iglesia de Tierra Santa. Son un signo de la belleza, diversidad y universalidad de la Iglesia».
La Coordinadora, que este año tenía como hilo conductor de su programa los 50 años de ocupación, ha visitado en particular la ciudad de Hebrón, la única ciudad palestina que tiene en su centro un establecimiento judío de un centenar de colonos, cuya presencia ha impuesto importantes restricciones de movimiento a la población palestina, cierres de actividades comerciales y el abandono de casas. Mons. Riccardo Fontana, arzobispo de Arezzo, al margen de la visita organizada por la ONG israelí «Breaking the Silence» - que reúne a antiguos militares israelís y que desea sensibilizar a la opinión pública sobre los abusos cometidos hacia los palestinos – ha confesado haber visto a gente «desesperada y resignada». «Israelís y palestinos sufren mucho, unos por miedo de los atentados y otros por la ocupación militar, pero creo que son dos pueblos que desean y tienen derecho a la paz. Somos nosotros quienes tenemos que ayudarlos en esa vía, también a través de la solidaridad, la proximidad y la oración».
Es precisamente por la responsabilidad de todos con respecto a esta situación que insiste en el comunicado final publicado el 19 de enero por la Coordinadora y que podemos leer a continuación: