Misericordiosos como el Padre

Para mayor información sobre la manera de vivir el Jubileo de la Misericordia, les damos cita en internet www.im.va


Las Obras de Misericordia

Las Obras de Misericordia

Obras de misericordia corporales:
- dar de comer al hambriento
- dar de beber al sediento
- vestir al desnudo
- acoger al forastero
- asistir los enfermos
- visitar a los presos
- enterrar a los muertos


Obras de misericordia espirituales
:
- dar consejo al que lo necesita
- enseñar al que no sabe
- corregir al que yerra
- consolar al triste
- perdonar las ofensas
- soportar con paciencia las
personas molestas
- rogar a Dios por los vivos y
los difuntos

 

 

DOCUMENTOS ESPECIALES DE LA ORDEN DEL SANTO SEPULCRO

El Jubileo de la Misericordia

El 8 de diciembre de 2015 fue abierto el Jubileo de la Misericordia, introducido por el papa Francisco, es un don particular para volver a descubrir el profundo amor de Dios y la llamada de cada uno a ser “misericordiosos como el Padre”. En este archivo especial encontrarán:

- El relato de la inolvidable celebración de apertura del Jubileo

- Una entrevista con Mons. Rino Fisichella, presidente del Consejo pontificio para la nueva evangelización

- Un artículo para entrar en el centro de la significación del Jubileo

- Las Puertas Santas abiertas en Tierra Santa

- Un soporte espiritual realizado por el Servicio de Comunicación de la Orden para vivir le peregrinación en Tierra Santa durante el año jubilar

-  El comentario del Papa Francisco sobre las obras de misericordia espirituales y corporales

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ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA

Señor Jesucristo,
tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,
y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero;
a la adúltera y a la Magdalena del buscar la felicidad solamente en una creatura;
hizo llorar a Pedro luego de la traición,
y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:
¡Si conocieras el don de Dios!
Tú eres el rostro visible del Padre invisible,
del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia:
haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad
para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error:
haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.
Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción
para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor
y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres
proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos
y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia,
a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.