La medalla del Santo Sepulcro para Macarena Cotelo

Acciones de solidaridad a semejanza de la Orden del Santo Sepulcro

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Macarena Cotelo y el Patriarca Macarena Cotelo recibiendo la Medalla de Oro del Santo Sepulcro, en reconocimiento de la ayuda aportada al Patriarcado latino por la Fundación que dirige.

Los miembros de la Orden del Santo Sepulcro inspiran, dentro de la sociedad, acciones de solidaridad hacia Tierra Santa. Así, por ejemplo, Pilar Lara, Dama de la Orden, dio origen a una colaboración entre la Fundación Promoción Social de la Cultura (FPSC), de la que era presidenta, y la Tierra Santa representada por el Patriarcado latino de Jerusalén. La FPSC ha ayudado a una red de escuelas del Patriarcado en Palestina y en Jordania, con la rehabilitación, ampliación de instalaciones o incluso la construcción de establecimientos escolares, como en Gaza. También ha ayudado en un programa de preparación para formadores. Otro campo de intervención ha sido la construcción de alojamientos y proyectos de creación de empleo. Por esos veinte años de colaboración fecunda (una treintena de proyectos de cooperación y unos 10 millones de euros invertidos), Macarena Cotelo, Directora de los Proyectos de la Fundación Promoción Social de la Cultura, ha recibido la Medalla de Oro del Santo Sepulcro ofrecida por el Patriarca latino de Jerusalén.

 

En una entrevista que nos ha otorgado Macarena Cotelo, ha compartido con nosotros los inicios de la Fundación que dirige en Tierra Santa. “Nosotros empezamos en 1993 en Oriente Medio, en Líbano, a raíz de un viaje a Tierra Santa que hizo nuestra anterior presidenta, Pilar Lara, Dama de la Orden del Santo Sepulcro”. “Pilar se quedó tan impresionada de toda la realidad y de la problemática de los cristianos en esa zona del mundo, que empezamos a trabajar en Líbano”. Fue al año siguiente, en 1994, cuando hicieron su primer proyecto en Jerusalén con el Patriarcado Latino, “nos ofrecieron a través de un conocido que teníamos en Jerusalén, un proyecto del Patriarcado Latino, lo presentamos y lo aprobó el Gobierno español”, cuenta ésta.

En diciembre de 1995, Macarena Coleto junto con Pilar Lara, viajaron a Tierra Santa, se enamoraron completamente de Tierra Santa y conocieron de primera mano la problemática de los cristianos, la ocupación y la guerra: “vimos aquello y dijimos: aquí hay que hacer cosas”. Además, durante una serie de años, el Patriarcado Latino fue su único socio allí. Macarena Cotelo continúa narrando la delicada situación de los cristianos en aquellos años, “llegabas a Palestina y veías que cada vez había menos cristianos, ciudadanos en unas condiciones muy complicadas”. Y continúa explicando que esa realidad les impresionó muchísimo, tanto que “nos quedamos allí y seguimos peleando e intentando seguir ayudando en lo que podíamos”, añade. Pero también nos cuenta que la situación actual de estas comunidades cristianas en Tierra Santa es dramática, más critica que nunca.

DESDE LÍBANO A PALESTINA HASTA LAS COMUNIDADES DE IRAQ Y SIRIA

“Después del conflicto de Siria, las comunidades cristianas existentes en toda la región luchan por permanecer”, nos cuenta, y continúa narrando; “A mí siempre me ha impresionado mucho conocer a cristianos en Oriente Medio y darme cuenta que ellos están allí haciendo un esfuerzo por la pura conciencia de que tienen que quedarse allí para asegurar la presencia cristiana. Muchos tienen la oportunidad de irse, muchos tienen familia en otros países y podrían vivir infinitamente mejor que en Tierra Santa, pero se quedan porque tienen la conciencia de esa misión, y desgraciadamente en Occidente no sabemos esto”. “La guerra les está empujando a irse” nos recuerda, y esas comunidades que están abandonando Iraq “desgraciadamente no van a poder volver”.

Al igual que las comunidades cristianas que han tenido que irse de Siria, tampoco cree que vuelvan a Siria. A partir del conflicto sirio que se inició en 2011, la Fundación Promoción Social de la Cultura ha puesto en marcha una importante labor humanitaria. Salvar vidas, aliviar el sufrimiento y salvaguardar la dignidad humana son sus objetivos principales. “A raíz de la crisis en Siria, hemos desarrollado toda una línea de ayuda humanitaria en la que nosotros estamos desarrollando tanto en Líbano como en Jordania”. En concreto, en Jordania “tenemos desde hace dos años una clínica de atención a refugiados discapacitados”, informa. En el caso de Líbano, la Fundación de Macarena Cotelo está trabajando junto con el Ministerio de Salud del país en una clínica de atención mental también a refugiados.



“HAY UN GRUPO DE CULTURA ÁRABE, PERO CRISTIANOS DE RELIGIÓN”

“La gente no es consciente de que hay un grupo de cultura árabe, pero cristianos de religión, de confesión cristiana”, afirma la directora de los proyectos de la Fundación. El Patriarcado latino de Jerusalén que acoge todos los años a millares de peregrinos, intenta que cuando se encuentran allí, tengan ese contacto con las comunidades árabes cristianas locales. “Esto es vital para darse cuenta de que realmente son unas comunidades vivas, donde la gente se siente en familia”. Estas comunidades “participan muchísimo en la vida de sus parroquias, las que consideran su segunda casa”, puntualiza. Sigue explicando: “Yo creo que los cristianos de Oriente Medio se han sentido muy solos, muy ignorados, hasta que no ha ocurrido esta guerra y han empezado a aflorar noticias referente a los sufrimientos vividos por los cristianos...” Hoy en día la toma de conciencia es mundial.

Macarena también nos informa que desde hace un año han retomado el contacto de una forma muy intensa con el Patriarcado Latino para hacer proyectos juntos y la Fundación “tiene mucha ilusión en apoyarles en estos proyectos nuevos sobre todo conseguir la financiación para renovar la parroquia de Gaza con su escuela latina”. Macarena Cotelo finaliza la entrevista agradeciendo al Patriarcado latino la entrega de la Medalla de Oro del Santo Sepulcro: “Me siento emocionada, honrada… realmente es el reconocimiento a toda una trayectoria de una institución como es la Fundación, con un equipo que ha estado siempre trabajando y dando apoyo”.

Haciendo especial hincapié en la importancia de la misión de la Orden del Santo Sepulcro, que por un lado, le parece “una institución impresionante por sus orígenes y trayectoria” y porque “realmente a día de hoy está correctamente adaptada a la realidad del tiempo en el que vivimos”, concluye.

 

Artículo realizado por Mireia Bonilla


(4 de agosto 2016)