"Señor Jesús, extiende la sombra de tu cruz sobre los pueblos en guerra..."

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Bandera de Georgia La bandera de Georgia ilustra su patrimonio espiritual jerosolimitano: cinco cruces rojas sobre fondo blanco que evocan las cinco llagas de Cristo, y recordando que esta nación fue evangelizada en los primeros siglos por una monja que vino de Jerusalén: santa Nino.

Siria e Irak no se encuentran muy lejos del Caucaso, un poco más al sur, de hecho muchos refugiados se han ido hacia Georgia, sobre todo cristianos. Por eso, durante su reciente viaje a ese país, el Papa ha tenido una conversación con el patriarca caldeo Luis Sako, en Tiflis, pronunciando para esta ocasión una hermosa oración en la que pide la paz para Oriente Medio. 



"Señor Jesús,
adoramos tu cruz, que nos libra del pecado,
origen de toda división y de todo mal;
anunciamos tu resurrección,
que rescata al hombre de la esclavitud del fracaso y de la muerte;
esperamos tu venida gloriosa,
que realiza el cumplimiento de tu reino de justicia, de gozo y de paz.

Señor Jesús,
por tu gloriosa pasión,
vence la dureza de los corazones, prisioneros del odio y del egoísmo;
por el poder de tu resurrección,
arranca de su condición a las víctimas de la injusticia y de la opresión;
por la fidelidad de tu venida,
confunde a la cultura de la muerte y haz brillar el triunfo de la vita.

Señor Jesús,
une a tu cruz los sufrimientos de tantas víctimas inocentes:
los niños, los ancianos, los cristianos perseguidos;
envuelve con la luz de la Pascua a quienes se encuentran profundamente heridos:
las persone abusadas, despojadas de su libertad y dignidad;
haz experimentar la estabilidad de tu reino a quienes viven en la incertidumbre:
los exiliados, los refugiados y quienes han perdido el gusto por la vida.

Señor Jesús,
extiende la sombra de tu cruz sobre los pueblos en guerra:
que aprendan el camino de la reconciliación, del diálogo y del perdón;
haz experimentar el gozo de tu resurrección a los pueblos desfallecidos por las bombas:
arranca de la devastación a Iraq y Siria;
reúne bajo la dulzura de tu realeza a tus hijos dispersos:
sostén a los cristianos de la diáspora y concédeles la unidad de la fe y del amor.

Virgen María, reina de la paz,
tú que estuviste al pie de la cruz,
alcánzanos de tu Hijo el perdón de nuestros pecados;
tú que nunca dudaste de la victoria de la resurrección,
sostén nuestra fe y nuestra esperanza;
tú que has sido constituida reina en la gloria,
enséñanos la majestad del servicio y la gloria del amor.
Amén."


(3 de octubre 2016)