La fiesta de Nuestra Señora de Palestina y la reunión del Gran Magisterio

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La fiesta de Nuestra Señora de Palestina

La tarde del 24 de octubre, víspera de la festividad de Nuestra Señora de Palestina, el cardenal Edwin O’Brien – rodeado por miembros del Gran Magisterio – ha otorgado al Embajador Leonardo Visconti di Modrone, nuevo Gobernador General, el mayor grado de reconocimiento de la Orden, el Collar. Mons. Antonio Franco ha recibido de manos del Gran Maestre la condecoración de Caballero Gran Cruz y la Palma de oro de Jerusalén, así como el decreto por el cual es nombrado Asesor de Honor de la Orden. El Gran Maestre también ha concedido la Palma de oro de Jerusalén al Profesor Giuseppe Dalla Torre del Tempio di Sanguinetto, Caballero de Collar, nombrándolo Lugarteniente General de Honor.

Al día siguiente por la mañana, el 25 de octubre, para celebrar litúrgicamente a la Patrona de la Orden, tuvo lugar una misa presidida por el cardenal O’Brien cerca de la tumba del apóstol Pedro, en presencia de todos los participantes de la reunión de otoño del Gran Magisterio cuyas intenciones de oración eran por los habitantes de Tierra Santa.

Durante esta misa, concelebrada también por Mons. Pierbattista Pizzaballa, Administrador apostólico del Patriarcado latino de Jerusalén, el Gran Maestre invitó a los miembros de su consejo supremo a no perder de vista la nueva Jerusalén que se construye en primer lugar gracias a la santidad de cada «piedra viva», todos los bautizados están llamados a una misión concreta en el gran proyecto de Dios, donde cada uno encuentra su puesto.

Al final de la tarde el cardenal O’Brien recibió a sus huéspedes en los salones del Palazzo della Rovere,en primera fila se encontraba el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado. Durante estos dos días de fraternidad y recogimiento, los miembros del Gran Magisterio también trabajaron a partir de un orden del día bien completo.

El Gobernador General compartió primeramente su experiencia del viaje oficial a Tierra Santa que realizó al final del verano, felicitándose por el recibimiento reservado por el nuevo equipo pastoral y administrativo creado por Mons. Pierbattista Pizzaballa. Las sonrisas en las caras de los jóvenes encontrados reforzaron su voluntad de poner todo en marcha para ampliar la acción de la Orden al servicio del diálogo y la convivencia en Tierra Santa. Expresó su deseo de establecer prioridades y favorecer sinergias, así como visitar todas las Lugartenencias durante su mandato, haciendo hincapié en la importancia de cuidar la formación de los nuevos miembros.

Mons. Pizzaballa, después de algo más de un año ejerciendo sus funciones, anunció varias novedades importantes, entre ellas la creación de una nueva junta pastoral del Patriarcado encargada sobre todo del seguimiento de las cuestiones relativas a la familia. Habló de los cambios administrativos con la llegada, en particular, de Sami El-Yousef, cristiano palestino, primer laico encargado de las cuestiones económicas de la diócesis.

En el capítulo de las dificultades evocó, por ejemplo, las negociaciones aún en curso con el ministro israelí de educación, respecto al tema de las subvenciones a las escuelas católicas en Israel, y el problema de las propiedades cristianas en Jerusalén cuyas ventas amenazan el equilibrio instaurado antaño por el Status quo. «Los cristianos de diferentes confesiones desean permanecer unidos en este contexto desfavorable», subrayó el arzobispo.

Sami El-Yousef presentó después un balance claro de su gestión del Patriarcado latino – anunciando un presupuesto de cerca de 13 millones de dólares para 2018 – explicando querer responsabilizar al personal de todos los niveles, para avanzar en el camino de la transparencia. La auditoría realizada por la sociedad Deloitte es un punto de apoyo esencial en vistas a los nuevos procedimientos operacionales y profesionales que facilitarán el control del déficit. Además se va a elegir un jurista cualificado para aconsejar al Patriarcado que se extiende sobre un extenso territorio – Chipre, Israel, Palestina y Jordania – ya que la educación está sometida particularmente a diferentes legislaciones.

Sami El-Yousef hizo constar que el 80% del presupuesto del Patriarcado concierne las escuelas, con cerca de 20.000 alumnos, pero cada vez menos cristianos. Una combinación de factores explica que estas indiferencias, como el hecho de que en ciertas escuelas que no tienen todos los niveles de clases, no pueden realizar una escolaridad completa. El Patriarcado desea pues reforzar lo que ya existe en lugar de crear nuevas estructuras. En cuanto al Seminario de Beit Jala, donde se forman los futuros sacerdotes, y las demás instituciones pastorales, la situación económica es positiva.

El Ingeniero Piercarlo Visconti expuso a su vez las cuentas del Gran Magisterio, que demuestran la gran generosidad de Alemania e Italia, que son los más generosos en las donaciones, después de Estados Unidos. La gestión del patrimonio, que detalló el Doctor Saverio Petrillo, da al Gran Magisterio la seguridad de una «reserva» de la que se puede sacar para los gastos imprevistos.

El Profesor Bartolomé McGettrick, en nombre de la Comisión de Tierra Santa del Gran Magisterio, explicó que el alza de los sueldos de los profesores, para asegurar la calidad de la enseñanza en las escuelas del Patriarcado, constituye un esfuerzo continuo destinado a perdurar y aumentar en los años venideros. Hizo un balance sobre los proyectos en curso concernientes a la escuela y la casa rectoral de Jaffa de Nazaret, en Israel, así como en la iglesia de san Pablo en Jubeiha, en Jordania, donde el Ingeniero Adolfo Rinaldi tuvo la misión de inspeccionar este otoño. El proyecto de los talleres de mosaicos y artesanía – para dar trabajo a los refugiados cristianos de Oriente Medio en Jordania – retuvo particularmente la atención del Gran Maestre, que pidió que la Orden comunicara mucho más respecto a este tema.

El Canciller Alfredo Bastianelli precisó que los medios de comunicación del Gran Magisterio se hacen eco de estas iniciativas que pueden interesar a todas las Lugartenencias, dando por otro lado ejemplo de una innovación, una App creada por la Lugartenencia para Suiza donde el anuario de los miembros está actualizado permanentemente.

Al final se habló de la próxima Consulta, en noviembre de 2018, cuya coordinación preparatoria ha sido confiada por el cardenal O’Brien al Lugarteniente General Agostino Borromeo. Este evento quinquenal será la ocasión para estudiar los nuevos estatutos de la Orden que la Secretaría de Estado de la Santa Sede va a aprobar en breve.

François Vayne


(13 de noviembre 2017)