Un lugar de culto para la creciente comunidad cristiana de Jubeiha, en Jordania

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Chiesa_Jubeiha_pronta Finalmente, la gran iglesia de San Pablo de Jubeiha, construida en un barrio en expansión del noreste de Ammán, podrá acoger a varios miles de personas para las celebraciones. Ya con motivo de la Navidad de 2020, la comunidad cristiana local tuvo la alegría de reunirse allí.

Algunos proyectos son especialmente queridos por los miembros de la Orden del Santo Sepulcro por muchas razones. La Iglesia de San Pablo Apóstol es sin duda uno de estos proyectos.

Jubeiha, a unos 10 kilómetros al noreste de Ammán, es un barrio en el que la población ha crecido constantemente en los últimos años. Con la subida de precios en Ammán, muchas familias han abandonado la capital para trasladarse a Jubeiha, donde la vivienda y la vida son más asequibles. Además, como explica Abuna Butrus Hijazen, párroco de Jubeiha, «con la construcción de la escuela parroquial, el número de cristianos que viven en la zona de Jubeiha ha aumentado porque esta escuela es la única católica, e incluso cristiana, del sector norte de Ammán». La iglesia es, y sigue siendo, un lugar de culto abierto a toda la comunidad cristiana, católica y no católica, que cuenta con unos cuantos miles de personas.

«Esta comunidad cristiana no tenía una iglesia donde la gente pudiera reunirse para rezar. Eran como la primera comunidad cristiana que se reunía en las casas de los demás para rezar y vivir una vida de alegría e intercambio», afirma Abuna Butrus, pensando en el pasado. La parroquia fue fundada en 1984, hace casi 40 años, por el P. Labib Daibes, y todavía no tenía edificio.

Con el paso de los años, la creciente comunidad ha buscado activamente soluciones para conseguir un lugar de culto más estable. «La primera piedra de la iglesia fue colocada hace 20 años – cuenta el P. Butrus – y desde entonces ha tenido el apoyo de los feligreses (que estaban ansiosos por construir la iglesia) y de toda la comunidad cristiana de los alrededores de Jordania».

Los esfuerzos tuvieron éxito y permitieron poner en marcha los primeros pasos del proyecto. Los donativos individuales también han apoyado mucho el proyecto. Este es el caso de Omar Naber, un feligrés y miembro del Parlamento jordano.

La idea de la iglesia se discutió primero entre el P. Labib Daibes y Omar Naber, y luego el proyecto recibió la aprobación y la bendición del Patriarcado latino. La familia Naber era propietaria del terreno y comenzó el proyecto de la iglesia financiando los planos, los trabajos de excavación, la construcción del armazón y algunos trabajos de mármol. La contribución de Omar Naber (en la foto de la página siguiente) para la iglesia de San Pablo oscila entre 310.000 y 330.000 dólares. Omar Naber tiene tres hijos. Ha sido nombrado Caballero del Santo Sepulcro y se une a sus hermanos en el servicio fiel a la Iglesia en Tierra Santa, la tierra donde vive.

Sin embargo, se necesitaron más contribuciones para completar el proyecto. Con motivo de su primera visita a Tierra Santa en septiembre de 2017, el Gobernador General Leonardo Visconti di Modrone y la delegación que le acompañaba visitaron las obras de construcción de la iglesia y se comprometieron a apoyar el proyecto sumándose a los esfuerzos de la comunidad local, que aspira a tener un lugar digno para asistir a los servicios y vivir una vida comunitaria cristiana, dinamizando así el proyecto.

De hecho, como nos explica el P. Butrus, «las celebraciones de la comunidad cristiana tienen lugar actualmente en el vestíbulo de la escuela. Desgraciadamente, no podemos celebrar todos los sacramentos de la vida cristiana (Primera Comunión de los niños, bodas, etc.); para estos sacramentos, los cristianos deben ir a otras parroquias. Esto les entristece porque tienen una vida parroquial pero tienen que celebrar los sacramentos de su vida cristiana en otra parroquia».

Sin embargo, la vida parroquial es muy activa: hay diferentes grupos de jóvenes – el movimiento scout católico es el más importante con unos 200 jóvenes, también el grupo de juventud cristiana que reúne a jóvenes de todas las edades –, el comité de misericordia, un grupo que se ocupa de los pobres y las familias necesitadas, y un grupo de madres.

Samer y Tamara se han casado recientemente. Pertenecen a la comunidad de Jubeiha desde su infancia y ambos han asistido al grupo de juventud cristiana. «Es maravilloso que nuestro hijo, nacido hace un año, pueda crecer en esta iglesia, recibir los sacramentos y participar en las actividades de la parroquia como lo hacíamos nosotros antes – nos dicen –, pero la diferencia es que él irá a la iglesia y no al vestíbulo del colegio o a las casas de otras personas para rezar. Tendrá una “historia eclesiástica” diferente a la nuestra».

«Tras una larga espera, por fin podemos ver realizado el sueño de esta comunidad cristiana de la región de Jubeiha, que tendrá un lugar de oración, de culto y de reunión como una gran familia», señalan Sami y Mai.

«A pesar de todo – continúa esta otra pareja de feligreses – estamos convencidos de que estas dificultades han ayudado a nuestra comunidad cristiana a tener otra experiencia de la fe cristiana: podemos ser fieles en todas las situaciones de la vida, como lo hizo la comunidad cristiana de los primeros siglos en su vida comunitaria. Queremos dar las gracias a todos los que nos han ayudado a hacer realidad este sueño», concluyen.

Desde 2017, la Orden del Santo Sepulcro ha invertido más de un millón y medio de euros en este proyecto, y ahora que las obras han finalizado, todos los Caballeros y Damas esperan con ilusión la inauguración de la Iglesia de San Pablo Apóstol.

 

(primavera 2021)